
Pero tal es el pánico escénico que sufre Katy Perry, que todos sus intentos por disimularlo fueron en vano. La cantante contó que el motivo por el que comenzó a llorar en Radio 1 de la BBC mientras otorgaban los premios de los Teen Awards 2010 hace unos días, fue por este trauma y no precisamente porque estaba emocionada. Y esto fue lo que confesó:
Yo estaba un poco emocionada antes de cantar Firework. Me dan escalofríos y siento mariposas, es una gran descarga de adrenalina. Se me erizan todos los pelos del cuerpo y a veces ni siquiera tengo que cantar porque la multitud canta más fuerte.
Además agregó que ella a menudo siente ansiedad y mucha preocupación de lo que pueda suceder en el escenario y aclara que no es que se sienta insegura de sí misma, sino que teme que otra cosa pueda salir mal y que todavía se pone muy nerviosa antes de subir al escenario para cantar. Pero la verdad, es que no se le nota en lo más mínimo.